Antecedentes históricos
La fiesta de los Exconxuraos rememora un episodio ocurrido en el año 1408 con la rebelión contra las autoridades eclesiásticas de Oviedo y en concreto contra su Obispo, Don Guillén, por el excesivo pago de tributos, el castigo imprimido y el posterior perdón a los antiguos habitantes de esas tierras.
La excomunión que sufrió el concejo obligó a sus habitantes a ataviarse con sacos, una soga al cuello y ceniza en la cabeza hasta que recibieron el perdón de la Iglesia.
Cena medieval.
Este es el sexto año que se celebra la fiesta de los Exconxuraos y se quiere conseguir que sea declarada de interés turístico regional.
Las actividades dieron comienzo en el recinto ferial de San Cucao de Llanera con la cena medieval a base de cordero a la estaca, asado de chorizos y ensalada de lechuga acompañada de un pan especial como base de plato. El vino rioja y el pastel especial de «exconxuraos» pusieron el punto y final de una cena que degustaron cerca de 750 comensales. Durante la cena se celebraron exhibiciones de juegos malabares, trovadores, bufones y danza del vientre y todos los asistentes pudieron disfrutar de un torneo medieval.
Los fuegos artificiales marcaron el comienzo de las actuaciones musicales gratuitas, que este año estuvieron a cargo del grupo «Camela» y de la orquesta «Mayo Ghom». Más de 10.000 personas asistieron a estas actuaciones.
Mercado y desfile.
El domingo 3 de julio, a las diez de la mañana, se celebró el mercado medieval, con una treintena de puestos de venta de artesanía, regalos, alimentación y otros productos manufacturados y a las 12 tuvo lugar el tradicional desfile de «exconxuraos», imitando al que hace siglos hicieron los vecinos para poder ser perdonados por la Iglesia.
Un águila real fue la señalada para elevar por los aires el pregón de Sopeña. En él el médico puso de manifiesto las maravillas del concejo y el progreso vivido en los últimos años. Tampoco se olvidó de relatar a los asistentes la gesta realizada por los vecinos de Llanera en 1408. Para Sopeña el episodio rememorado en Llanera define a la perfección algunos de los rasgos de los llanerenses, según explicó en su pregón: «rebelión ante la injusticia, entereza ante el castigo, nobleza para pedir perdón y religiosidad». Tras el pregón, comenzó la misa.
Posteriormente, hubo una comida campestre y juegos para los más pequeños. Lolita puso el broche de oro a unos festejos que arraigan edición tras edición en Llanera.
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